Un(a) niño(a) de tercera cultura (TCK / 3CK) o niño(a) trans-cultural es "una persona que, como menor de edad, pasó un período extenso viviendo entre una o mas culturas distintas a las suyas, así incorporando elementos de aquellas a su propia cultura de nacimiento, formando una tercera cultura."

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domingo, 30 de septiembre de 2012

San Juan... el que está más al Norte


San Juan es la ciudad más poblada en la provincia de Nueva Brunswick y es donde mi padre pasó su época dorada de adolescente en el Atlántico, antes de venir a Ontario. Cuando llegamos a esta hermosa ciudad costeña, tuvimos el enorme placer de observar las Reversing Falls (las Cataratas Reversibles) durante un breve instante. Claro que para el viajero experimentado, no son tan imponentes después de haber visto las del Niagara o del Iguazú. Supongo que la gigantesca fábrica de pasta y papel holgazaneando al otro lado del río no es grata bajo la mirada del visitante. Además, ésta expulsa un olor fétido, parecido a un sanitario público, por sus grandes chimeneas. La magia detrás de este fenómeno natural es la marea.



Como cualquier salmón buscando conquistar la indomable marea, la clave es la corriente. La Bahía de Fundy no sólo tiene un nombre chistoso sino que también es mundialmente conocida por los cambios de marea, reflejando unos altibajos asombrosos. La diferencia es como para formar parte de los libros de los Records Guiness, pero aparentemente la naturaleza no parece figurar en la competencia entre humanos. Es una montaña rusa impresionante, un regalo que nos ha hecho la Pachamama (vean el video arriba de este texto para comprobar). Supuestamente, si uno decide salir a caminar a la orilla del mar antes de que suba el nivel del mismo, ni siquiera el Poseidón podría salvarse de ser tragado por el océano. Bueno, realmente este gran Dios griego no era conocido por las habilidades de Usain Bolt ni siquiera al pisar tierra firme, pero quizás pasó por algún delirio de sirena. Quizás el único capaz de superar ese reto es Chuck Norris. ¿Sabían que es tan duro que se pone gotas de salsa tabasco en los ojos para lubricarlos? – lo que les comparto son hechos, no ficción damas y caballeros. Supongo que tan sólo dando un patadón karateka, parte el océano.

Volviendo al tema de la marea, los cambios que ocurren en el mar, donde la vida es más sabrosa, también afecta al Río Saint John. La corriente se mueve sin perdonar camarón alguno, llevándoselos en una dirección durante la marea baja, y al llegar la marea alta, cambia de dirección conservando la misma fuerza, por eso se llaman las Reversing Falls. ¡Estamos como para ayudar a la pandilla de Scooby Doo! Lo único es que, para realmente notar la magnitud de este precioso círculo de la vida que nos mueve a todos, uno debe pasar un día entero en la ciudad. No se lo pierdan. Sino, pensarán que el nombre proviene de una tribu autóctona dotada de una tremenda imaginación. Mi padre solía pasar a diario por esta parte de la ciudad, caminando descalzo en la nieve que alcanzaba tres metros de altura, y un viento de 50 grados bajo cero,  peinándolo dulcemente con una mano más helada que la ultratumba. La gente si que era más dura y determinada en aquellos tiempos… ¡y lo mismo digo del clima!

Saint John también es un lugar donde tenemos uno de nuestros tesoros nacionales: la cervecería Moosehead. El Canadá fue fundado en valores firmes, incluyendo el acceso a cervezas de alta calidad. Acá somos muy tolerantes y aceptamos muchas cosas, pero no se atrevan a hablar mal de nuestra “agua bendita”. Si deciden ignorar este gran consejo al pisar tierra canadiense, se darán cuenta que podemos dejar de lado nuestros valores de paz y buena educación para defender nuestro patrimonio. La cervecería se ubica a unos cuantos pasos del río y de la fábrica de pasta y papel. Quizás la combinación de los dos producen le dan un sabor único y refrescante a esa cerveza muy conocida en todo el país. Deberíamos de preguntar al Moose. Otra gran atracción en el viejo barrio donde solía vivir “mi viejo” es la Torre Martello Carleton, que trae recuerdos heroicos más importantes que la canción de Enrique Iglesias. Éstas eran fortificaciones estratégicas para defender el Canadá de una invasión americana durante la Guerra de 1812 (en la que por supuesto ganamos). ¡Gracias Martello por esas terribles torres!

Mamá querida junto al dueño de Moosehead

Nueva Brunswick es una de mis provincias favoritas de todo el país – que lástima que cuando hace frío, está lejos de casa – y la gente es muy agradable. Esto es un ingrediente que siempre se agrega a la experiencia de un buen viaje. Partí de esta perla del Atlántico la mañana siguiente, a bordo de un transbordador cuyos servicios fueron decomisionados poco después de mi paseo, hacia el extremo sur de Nueva Escocia. Ahora, si uno quiere hacer ese recorrido debe de hacerlo por tierra (un proceso tremendamente eterno) o por cóndor metálico (los viajes aéreos dentro del país son caros). Estaba muy emocionado de que pronto llegaría a visitar la provincia que acogió a mi padre y su familia al llegar del Reino Unido. ¡Hacia Digby y el más allá!

domingo, 23 de septiembre de 2012

Volver… Por El Este Marchita


Este fin de semana, decidí ir marcha atrás con esta linda historia, volviendo al verano del 2005 – si desean efectuar cualquier otro tipo de viaje por el tiempo, mándenme un mensaje y nos ponemos de acuerdo. Los Bickford se pusieron como objetivo el hermoso Atlántico canadiense para pasar unas lindas vacaciones en familia, en gran parte gracias a nuestro nuevo miembro de la familia en aquella época, mi cuñada, Melissa. Esta parte de nuestro gran país guarda recuerdos muy especiales en los libros de la memoria de mi padre, a mi parecer es un lugar poblado por la gente más agradable del mundo. Me encanta esa gente. Mi padre pasó su época dorada de su juventud en varios lugares remotos de Nueva Escocia y de Nuevo Brunswick cuando él junto con su familia decidieron iniciar una nueva vida dejando el Reino Unido atrás. Estos asentamientos bastante rurales no han cambiado mucho desde su niñez, tanto como Ginebra en la época de Rousseau.

Edmunston de noche, una ciudad de luces

Mi padre quizo varias veces hacer este viaje desde su regreso al Canadá en el año 2001 pero, por varios motivos fuera de su control, los planes no pudieron concretizarse. Él se lució tremendamente consiguiendo las mejores informaciones estratégicas para un buen plan de ataque, incluyendo un itinerario ideal. En el año 2002, mi hermano Brian se casó, lo que significó  abandonar la idea y en vez de ello pasar un verano concentrado en el sur de Ontario, pero de igual manera fue un obstáculo muy placentero. Después de todo, no hay nada como pasar una buena temporada en la región del Niagara y además, por fin tuve mi primera Hermana, a la edad de 21 años. El año siguiente, mi Viejo decidió darnos una verdadera sacudida en cuanto a nuestra estabilidad, al pasar por un serio ataque al corazón durante la infame epidemia del SRAS, un virus que golpeó la provincia de Ontario sin perdón, empezando por la industria del turismo. Cada vez que pasé por el Hospital General de Ottawa a la unidad de cuidados intensivos, debía pasar por una entrevista de rutina que servía al personal para identificar si los visitantes habían estado expuestos al virus. Todos los días me preguntaban si había visitado algún país asiático – jamás les dije que me escapaba todas las noches a la China con el objetivo de propagar ese virus – y si había comido en porciones realmente obscenas, cerdo agridulce o pollo preparado por el mismísimo General Tao. Me sentí profundamente ofendido por estos prejuicios dirigidos a los tenedores abiertos chinos, los héroes desconocidos de los estudiantes universitarios y sus presupuestos.

En Julio del 2005, la delegación Bickford de Ottawa tomó el camino hacia el Este, haciendo unas paradas estratégicas antes de llegar a Ingomar, Nueva Escocia, nuestro destino. Para los que no conocen esta parte del mapa mundi, basta buscar por los mapas de Google la Isla McNutts, la cede mundial de los otarinos más preciosos del norte – aunque comparten un olor a perro mojado como los demás leones marinos, estos son totalmente bilingües. La primera estación nos permitió pasar la noche en Edmunston, un pueblo noble de Nueva Brunswick compartiendo frontera con la provincia de Quebec y el estado de Maine, EE.UU. La gente habla los dos idiomas oficiales de nuestro país simultáneamente, algo que resulta difícil para cualquier otro ser humano pero es una habilidad muy patriótica que deberíamos todos aprender. Allá probamos un plato gourmet de la región llamado “ploy”, que es una crèpe de alfortón (o trigo sarraceno, lo que prefieran) que se come con una porción generosa de “creton” – ojo con la ortografía. El creton es un puré de carne que consiste en cebolla, algunas especies y un corte de cerdo llamado el corte Boston – aunque en inglés curiosamente también puede ser llamado “trasero de puerco”. Después de haber mencionado la parte posterior del amable y bienamado chanchito, ¿quién se atreve a probar un poquitín? Bueno, si les agrada la idea, realmente es un platillo muy rico, increíblemente bajo en calorías antes de ser ingerido. Yo siempre pensé que eran cesos de cabra y todos podemos beneficiar de agregarle un par de neuronas más a nuestro sistema.

Al día siguiente, pasamos por la ciudad de Fredericton, la capital de esta provincia para almorzar. El camino es espectacular en auto viendo que la vía bordea el Rio Saint John y el centro de esta preciosa ciudad. Nunca había tenido el honor de visitar este lugar y me quedé impresionado por el hermoso centro, pero no se atrevan a caminar más de cinco cuadras o se perderán dentro de los inmensos suburbios sin saber como salir. Los edificios históricos están perfectamente bien conservados por la municipalidad, rodeados de parques y jardines veraniegos dando un cierto toque de elegancia a todo su patrimonio. En frente de la oficina de turismo, se pueden ver dos guardias armados portando la vestimenta militar británica de la época colonial – un uniforme de lana poco apto para soportar nuestro verano que acostumbra regalarnos unos 30 grados en el termómetro – para obligar cualquier terrorista a afastarse de la idea de un ataque. Este asentamiento fue establecido por los franceses en tiempos de la colonia, pero se nota más el toque ingles, ya que pasó más tiempo en manos de la corona. La mayoría de la población sobrepasa la edad del típico canadiense urbano, pero aún hay rastros de juventud en parte por la Universidad de New Brunswick, una de nuestras mejores instituciones en el este del país.

El centro de Fredericton al borde del río

Después salimos rumbo a Saint John, Nueva Brusnwick – no se confundan con Saint John’s, Terranova, St. Jean, Quebec o San Juan, Puerto Rico – tuve el gran y especial privilegio  de conocer el puente cubierto más largo en Hartland de América del Norte, o quizás de todo el mundo. Muchos países pueden tener puentes que miden varios kilómetros, pero nadie contruye puentes cubiertos como los canadienses. El mundo nos envidia en gran parte por esto. Si necesitan un puente cubierto, ya saben a quien perdirle consejos. Este es el regalo que ofrecemos al mundo entero. La próxima vez que estén cruzando un puente, luchando contra un  agresivo ventarrón y una lluvia que parece caer del cielo horizontalmente, pensarán en nuestras construcciones humanitarias. Tal vez exagero – aunque sinceramente lo dudo – pero quizás por eso somos uno de los países más seguros del planeta. El poder de los puentes no tiene igual.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Bob Marley – El Superestrella Tercermundista


Muchos de nosotros fuera de la cultura reggae, tenemos una cierta disposición para clasificar los seguidores del ritmo musical que nace del movimiento rastafari (es imposible separar esas vibraciones positivas del rasta) por los estereotipos derogatorios establecidos – muchos de estos empezaron dentro de su propio país. La espiritualidad afrocéntrica viene a darse por los años 1930 en el Caribe, tomando ciertas creencias cristianas, revolviéndolas entre las raíces profundas de la esclavitud y mamá África. El Emperador Haile Selassie I de Etiopía es percibido como la reencarnación de Jesús y la salvación del pueblo negro que los llevará de vuelta a la Tierra Prometida.

Bob Marley con los colores típicos del movimiento Rasta

A lo largo de este período de convalecencia, encontré un nuevo vicio en forma de un libro que me regaló mi padre, “Bob Marley: The Stories Behind Every Song” escrito por Maureen Sheridan. Este pionero del reggae es sin lugar a duda reconocido como un embajador de este movimiento religioso y espiritual. Esta religión fue una enorme inspiración en cuanto a su música y quería propagar esos principios por todo el planeta. Este libro nos cuenta una historia realmente inspiradora de cómo un chico pobre, del campo, llegó hasta la cúspide del mundo internacional de la música. En su vida, se volvió el artista más exitoso – y para muchos, un héroe – proveniente de un país pobre. Ni Ricky Martin ha logrado cerrar esa brecha para eclipsar al hijo más famoso de Jamaica. Dentro de la oscuridad de las calles pobres de Trench Town, uno de los barrios más peligrosos de Kingston, las sombras también comparten sus vibras, brindando un fuerte material musical para este gran cantante-guitarrista. Bob empezó su carrera como solista pero se desenvolvió gracias a sus primeros amigos y compañeros Neville O’Riley Livingston – mejor conocido como “Bunny Wailer” – y Peter Tosh, eventualmente dando a luz a los Wailers, un verdadero regalo que propulsó la música reggae y la imagen de un país a un público internacional, hambriento por un nuevo sonido original.

La belleza de la doctrina musical que implementó en sus melodías es la simplicidad. En las palabras del rey del reggae: “Lo bueno de la música es que, cuando te pega, no te duele.” Su lírica poética hace todo eso sin tener que pegar gritos, para atraer la atención. La mayor parte de su material también encuentra sus orígenes dentro de una niñez difícil, repleta de rechazos por parte de su padre blanco, la gente que ganaba tan poco trabajando  vivía hambrienta, la seguridad que le daba el amor de Jah y el rechazo de un sistema que perjudicaba a sus hermanos. Cuando su música le pega a uno, eso es lo que le queda a uno como un moretón. Sus temas repletos de mensajes de esperanza invitaban un público inmenso de Kingston a Sydney. Todos querían ir a ver sus espectáculos y los que no pudieron ir, igual decían que habían estado. Grandes personalidades en el mundo del espectáculo tales como Stevie Wonder y Mick Jagger se aproximaban por su música, pero de igual manera seguía siendo el rasta de siempre, centrado en su objetivo de ayudar a su pueblo en su querida isla – sin importar el atentado contra su vida que lo obligó a huir de su país. Bob promovía el respeto de uno a otro, un amor – todos formamos parte de la familia del planeta tierra, sin importar el color de nuestra piel, nuestras creencias o estatus social – y defender sus derechos, todos temas que siguen siendo necesarios en nuestros días.

La magia de Marley era su habilidad natural de cautivar la gente – aunque siempre se frustró al no encontrar un lugar para ocupar en el corazón de los Afro-americanos. Conciertos en Milán, Tokio y muchas otras ciudades donde el inglés no es ni un idioma secundario, todos los que estaban cantaban sus canciones junto con él mientras el sonido se encargaba del ambiente. La música entra por los oídos y penetra por las venas, permitiendo entrar en el reino universal del ritmo y el baile por la paz. En el libro de Sheridan, ella nos comparte que Marley estuvo bajo la mirada de la CIA, debido a sus principios similares al “comunismo” y el peligro potencial que tenía para influenciar grupos de personas. Entre los eventos más importantes en sus giras fue el concierto de Smile Jamaica, en el que buscaba unir su pueblo divido por facciones políticas en plena guerra. Se habían armado pandillas de derecha e izquierda, las cuales tuvieron tiroteos en plena ciudad, dejando entre escombros, bajas civiles en las cuales habían niños y mujeres mientras que la brecha entre los ricos y pobres continuaba a incrementar a un nivel alarmante. Las hostilidades cedieron, pero desafortunadamente el silencio no duró mucho tiempo, quizás por un pasado marcado por la esclavitud y la pobreza, dejando a la isla en la orilla del fracaso.

El legado del grande sigue en la actualidad

El legado de Bob Marley permanece entre nosotros, sin importar que nos haya dejado a la temprana edad de 36 años, por culpa de un cáncer sin remedio. Si se cruzan con este libro, se los recomiendo y no tendrán ni el menor arrepentimiento. Su música sigue inspirando conjuntos musicales y hasta ha impulsado un boom en países donde el reggae no encontraba raíces tales como Argentina, Chile, México y Venezuela, sólo para mencionar algunos. Su éxito no se debía tanto a su amor por la música y el don de poder conectarse a un público muy diverso, pero por su dedicación a su oficio. Sus compañeros lo describen como un hombre con una misión. Siempre se le veía rezagando las cuerdas de su guitarra, escribiendo letras para sus canciones y practicando a lo largo de varias horas sin parar. Sus hijos aún viven con rencores por la vida de sus padres, criados en el olvido (su madre también formó parte de la música de Marley, participando en el coro I-Torres) y quizás fueron parte del sacrificio de una corta vida llena de logros semejantes.

domingo, 9 de septiembre de 2012

El Amor y el Matrimonio


Celebré mi emancipación después de dos meses y medio encarcelado por yesos de varias magnitudes colocados por los mejores médicos de Ontario, asistiendo a una boda el fin de semana pasado. Mouki fue uno de mis primeros y grandes amigos que conocí durante mi época en la Universidad de Ottawa. El universo siempre tiene un regalo para todos. También tuve el gran placer de conocer a su prometida hace dos años – su perfecta media naranja – al festejar juntos el Día nacional del Canadá cuando huí junto con mi adorada esposa de Toronto durante la cumbre del G-20. El único arrepentimiento que tuve en esta ocasión fue no poder acompañarlos más tiempo. Debido a mi convalecencia, asistí en compañía de mi querida y pesada bota ortopédica y mis fieles muletas desde el 24 de junio que me accidenté. No podía faltar y tenía que ser testigo de la unión de dos almas gemelas y maravillosas y el haber podido estar presente fue un gran honor para mí.

¡Felicidades Sr. Adbilahi y señora!

Esta alegre ceremonia fue en un precioso jardín, haciendo llegar hasta allí amigos y familiares bajo un sol cálido sinónimo de un fin de verano, la tarde del 1 de septiembre, 2012. Se notaba en los ojos del apuesto novio y su bella novia esa chispa que resalta a los ojos mientras intercambiaban miradas, frente a todos sus invitados que apoyaban el compromiso haciendo acto de presencia. Es imposible evitar pensar en el momento cuando uno estuvo frente a ese altar, iniciando así un diluvio de recuerdos especiales. Creo que nunca puede uno olvidar las palabras expresadas por medio de los ojos de un gran amor, cerciorándonos que el futuro es y será maravilloso. Sólo pensar que uno compartirá una vida entera con la persona que está frente a uno, nos da un enorme sentido de tranquilidad y felicidad. Siento que la mejor definición de este compromiso fue la que pronunció la jueza ese día en tan sólo cuatro palabras: amor, fe, confianza y respeto.

Virgilio nos brindó un gran dicho: “El amor todo lo vence.” Este es el fundamento para cualquier relación exitosa permitiendo transcender cualquier negatividad materializada a mano de expectativas personales. Mi cuñada me mencionó poco después de haberse casado que “La clave del matrimonio es nunca dejar de ser novios.” Esta frase se ha vuelto uno de mis dichos favoritos en cuanto a preservar una relación sana y romántica con su pareja – y su estrategia sigue funcionando después de 10 años de casados. El amor que nos une es uno de los sentimientos más puros que se da naturalmente y es imposible de explicarlo con palabras. Cuando existe, se sabe el significado. Las expectativas que uno tiene con respecto a otras personas, mismo fuera de una unión religiosa, pueden crear situaciones destructivas. Lo que compartimos todos los seres humanos es que no podemos controlar absolutamente todo y entre más pronto uno se dé cuenta, se puede vivir una vida más completa. Tenemos un control limitado sobre ciertas situaciones para avanzar en nuestros ideales pero no podemos forjar algo de la nada cuando está fuera de nuestro alcance, debemos tener paciencia y perseverar hasta lograr nuestro objetivo. El verdadero amor es siempre desinteresado.

El día que me casé, mi suegro me dijo que lo más importante en el matrimonio es dar. Sigo estando totalmente de acuerdo con él y me atrevo a agregar que el mejor regalo que podemos dar, además de preservar ese gran amor, es: fe, confianza y respeto. Sin el corazón lleno de amor, estos tres no pueden existir. La fe es creer en su pareja y sus ideales, teniendo como base un apego y fundamento espiritual en vez de pruebas materiales. A muchos se les hace imposible creer en algo que no es palpable. La confianza se puede definir en poder contar el uno con el otro, convencido que él o ella está haciendo lo mejor para ese “nosotros” que reemplaza la antigua jerarquía de lo que era “tuyo” y “mio.” Por último, el respeto es un sentimiento de gran admiración por la otra persona en cuanto a sus habilidades, cualidades y logros haciéndose cargo de sus responsabilidades. Estos cuatro elementos deben ser alimentados dentro de un equilibrio para guiar parejas por mares turbulentos que se presentan inesperada e inevitablemente en ciertos momentos críticos de la vida.

Los anillos, más que un símbolo de compromiso.

El anillo de bodas que se coloca en el dedo una vez la relación es reconocida como oficial, es símbolo perfecto de estos cuatro ingredientes. El anillo en sí no tiene ni principio ni fin, lo que significa que la unión es eterna, al igual que la promesa del compromiso que hace honor a estos principios “Hasta que la muerte los separe”. En la vida existen muchos altibajos que pueden presentarse en cualquier momento, pareciendor interminables – sobre todo en los malos momentos. Debemos recordar siempre las cosas que parecen en ocasiones pequeñas e insignificantes pues al acumularse, se transforman en un factor positivo mayor e importante. Esa es la luz al final del túnel, ayudándonos a superar los momentos más difíciles, fortaleciendo la unión y permite valorar todos lo que nos ofrece un universo abundante. Si uno realmente quiere algo, debe estar dispuesto a luchar por ello y la recompensa es una vida mejor, larga y plena, llena de alegría y satisfacciones.

domingo, 2 de septiembre de 2012

La Rebatiña del Oro en el Yukón

Es extremadamente interesante la manera en que el mundo externo ve al Canadá. Independientemente de que somos un país habitado por blancos, rubios de ojos azules – una consideración traumante recordatorio de tales películas como “El Pueblo de los Malditos” o “Los Chicos del Maiz” – he escuchado muchas más interpretaciones y conceptos erróneos. Varios amigos en el hemisferio sur me han preguntado, “¿Es verdad que el gobierno les obsequia una casa?” ¡No puede ser que nadie me lo haya comentado antes! ¿Dónde firmo? Pero que culpa tendrá la gente si hasta los mismos medios anuncian esto, por ejemplo uno en la radio que oí en un taxi en la Ciudad de México, balbuceando estas terribles declaraciones. ¡Cuidado querido estado solidario, se van enterando todos!

Imágenes del Canadá y su gente

En países emergentes, sobre todo en Latinoamérica, la gente no diferencia mucho el canadiense del estadounidense – aunque algunos dicen que somos más educados pero quien sabrá si es verdad. Por lo tanto, parece que mi país es visto como la tierra de oportunidades infinitas y nuestros ciudadanos teniendo el capital para rescatar un país en quiebra. Puede ser que nuestras propagandas de las grandes instituciones bancarias están alcanzando nuevos mercados televisivos. Sinceramente no somos tan diferentes de los que viven en otros paises en cuanto a nuestro poder adquisitivo: nuestro presupuesto discrecional está sujeto al costo de vida. Bueno, nuestros impuestos elevados tampoco se comparan, aunque a nadie le gusta que la mano del gobierno le saque billetes de los bolsillos. Como todo mundo, podemos gozar de una calidad de vida mejor que grandes monarcas décadas atrás en gran parte teniendo acceso al crédito y los peligrosos préstamos. Ahora, estamos presenciando la caída de Babylon por estos motivos. Vivir por encima de sus medios es un peligro real que nos puede destronar, sin importar en qué parte del mundo estemos.

La larga historia tumultuosa política, económica y social en América Latina es sin lugar a duda una enorme desventaja. Ciertos países en esa región han salido de una pubertad irresponsable optando por un futuro prometedor y se está viendo un gran resultado de este compromiso. La estabilidad se ha dado por el hecho de estar expuestos en forma limitada a una crisis económica que ha jala las grandes potencias dentro de su torbellino nefasto. No obstante, las instituciones democráticas ese los países sureños siguen siendo algo frágiles con un cambio turbulento repentino siempre probable. La guerrilla, el narcotráfico, líderes populistas, una minúscula elite, el secuestro, aún no se afastan de la vida diaria que mantiene un peligro a largo plazo. Un nuevo “Chavez” puede surgir en cualquier país con el fin de intrometerse para “redistribuir” los bienes y recursos en cualquier momento. ¿Creen que es una exageración? Bueno, tampoco lo creía la elite y la clase media de Venezuela y antes de que surgiera el gran lider. ¿No han visto como Cristina Fernández (de Kirchner) ha seguido la corriente de este último – junto a otros mandatarios en la región - hundiendo a la Argentina en un abismo de aislamiento? Es hora de llorar por la Argentina.

Lo que es una desventaja para América Latina sobre el Canadá parece ser también irónicamente también una ventaja. Existe un verdadero espíritu emprendedor inculcado en el modus operandi del pueblo. Las diversas dificultades enfrentadas a lo largo de varias generaciones combinada con una viveza criolla ha resultado en una población muy adaptable. En el Canadá, si una persona estudia economía, se vuelve economista. Si otra estudia educación, se vuelve maestro. Nuestra orientación al mundo del trabajo se basa únicamente en títulos y permisos regidos por las diferentes capas de gobierno, ocupadas en mantener el orden dentro del status quo. Un economista no puede simplemente decidir volverse importador o distribuidor sin pagarse cursos para obtener una costosa certificación para iniciar una nueva carrera. Una vez habilitado, si quiere importar manzanas y crema para afeitar, necesitará después de esto conseguir nueva autorización burocrática por medio de diferentes ministerios del gobierno y pagar por estos nuevos permisos. En América Latina, la gente es más flexible por la inestabilidad vivida y siempre existen varias maneras distintas para llegar del punto A al punto B.

Una imagen poco vista de un hombre viviendo en la calle en pleno centro de Toronto

Nuestra gran ventaja como canadienses es haber nacido en un país seguro con poca violencia. Puede ser que el jarabe de maple nos mantiene tranquilos y dulces. O puede ser que dejamos todo en el hielo, sacando las frustraciones en cada golpe jugando hockey,  evitando así la entrada en el mundo de la fechoría. Sea lo que sea, el mundo entero envidia ese aspecto de nuestra sociedad. Muchos quieren venir acá a vivir, entusiasmados por los salarios en nuestras ciudades más grandes, pero nuestras hipotécas y alquileres son a la vez proporcionalmente más altos. Aunque nos pagan en dolares, también pagamos para sobrevivir en dolares. Todo es relativo. No somos más ricos o más pobres que en otros países por el costo de vida. Antes de lanzarse a la aventura y dejar su país atrás, como siempre digo, hagan sus tareas para evitar una gran decepción. El único oro que nos queda acá son las papas Yukon Gold.