Cuando ponemos juntos los conceptos de vacaciones y viajar, tendemos a hacer de lado completamente el aspecto de seguridad. Como consumidores, ya hemos perfeccionado ese instinto de cacería, vigilando precios, hoteles y alquiler de autos hasta que se presenta el momento de hacer el ataque armados de nuestra tarjeta de crédito. Esa emoción de salir a pasar unos días, olvidando momentáneamente la rutina aburrida, parece tener un efecto hipnótico sobre nosotros. Es la recompensa después de tanto sacrificio en la vida diaria. La búsqueda de la tierra prometida se concluye con una transacción seguida por el proceso de empacar maletas, esas grandes y fieles compañeras que cargan nuestra vestimenta turística. Ahora, nos concentramos en las arenosas playas, los buenos restaurantes y todo lo que comparta el propósito de relajación empezando por el momento en que cerramos la puerta que nos separará de la vida diaria.
El paraiso está a un vuelo de casa |
Muchos residentes de América del Norte huyen de las temperaturas polares esperando encontrar cualquier calor acogedor ofrecido en el sur – realmente, cualquier lugar sin osos polares o morsas bailando en la nieve que cubre todo. Cuando volví al Canadá después de haber estado fuera un largo tiempo, me sorprendió la cantidad de buenas ofertas con todo incluido, provocando darse una escapada hacia el Caribe. Los países más presentados en el mercado eran Costa Rica, Cuba, la República Dominicana – o como le dicen por acá, “The Dominican” – Jamaica – si queremos decirlo así, The Dominican, podemos llamar éste, Jamrock – México entre algunos de esos preciosos pedazos de paraíso tropical. Estos lugares nos atraen mucho, sobre todo cuando debemos caminar por veredas heladas con temperaturas aproximándose a 30º bajo cero, sin considerar el efecto climático que nos trae la corriente del viento proveniente del norte. En esa época del año, me ha pasado más de una vez por la mente pedir refugio político en el desierto del Sahara para no tener que pasar por el invierno.
La verdad es que muchos no hacen planes concretos o investigaciones antes de viajar. ¡Palmeras! Me imagino que el razonamiento puede parecerse algo a este comentario: “¿Para qué me pongo a estudiar para MIS vacaciones? ¡Me preparo para no pensar en nada!” Me atrevo a apostar con el que sea – acabo de encontrar una fortuna de dinero de Monopoly escondida en una caja de zapatos – que los que se afilian a esta escuela de pensamiento seguramente jamás han escuchado las palabras: “Caso consular.” Si uno no toma las medidas y precauciones adecuadas, tales como leer guías completas, mirar documentales, o mismo buscar noticias de los lugares donde uno va a ir, se corre el peligro de descubrir la verdadera definición más temprano que tarde. ¡Hágase el favor a usted mismo de proteger su inversión como debe de ser!
En esta parte del mundo, muchas veces nos enteramos de ese gran viaje que resultó ser una pesadilla. He escuchado todo, desde adolescentes canadienses arrestados en Jamaica por querer volver con kilos de marihuana, alguna pareja que se topó con una paliza al aventurarse en un barrio donde no debían haber estado, o gente que pasa el resto de sus vacaciones en una cárcel por salirse de los límites de lo decente. Todos queremos divertirnos pero parece que la manera de realizar ese bienestar cambia de una persona a otra. Sólo porque dejamos nuestro hogar no significa que debemos apagar ese botón que nos hace algo “civilizados.” No se trata de Las Vegas. Lo que pasa en las vacaciones no se queda simplemente allá. Al contrario, puede que su estadía se prolongue un tiempo más en una cárcel poco acogedora, conociendo a fondo aspectos de una cultura que uno no se esperaba en el momento de conseguir el pasaje donde su agente de viajes.
¿Cuando terminaran estas vacaciones? |
Muchos países en vía de desarrollo tienen hoteles espectaculares brindando servicios de alta calidad a sus huéspedes. No obstante, uno siempre debe considerar que la mayoría de los trabajadores no pueden ni imaginarse tomar un día de descanso debido a su salario que les permite únicamente sobrevivir. En algunos países, ni se les permite salir. Encontrarán en algunos países que la gente se acerca para pedir un obsequio, pero en otros, simplemente toman lo que quieren del visitante inocente – seguramente no les gustará estar al otro lado de ese intercambio cultural. Hagan un poco de tarea antes de viajar para saber qué lugares visitar y sobre todo, cuales evitar. Estas no son recomendaciones si no precauciones. Haciendo esto como rutina siempre me ha garantizado unas buenas vacaciones, contribuyendo a la diferencia entre una buena inversión y un tremendo arrepentimiento. ¡Gracias como siempre por su atención y felices vacaciones a todos!