Parece
ser que este año, muchas fechas importantes en el calendario han coincidido con
mis nuevas publicaciones. Esta rara coincidencia beneficia mis queridos
lectores fuera del Canadá quienes esperan tener una mejor idea acerca del
pueblo que se sienta hasta arriba del globo terrestre, únicamente envidiando el
clima caribeño cuando se instala el invierno. Además, sirve para recordar a los
residentes dentro de este gran país nuestras raíces que normalmente ignoramos
por estar inundados con el mundo de la preocupación. Sigo enfocando la
importancia de nuestro pasado como si fuera la columna vertebral de nuestra
identidad como país.
La tumba del soldado desconocido en Ottawa, Canadá |
El 11
de noviembre, muchos países que participaron en la primera Guerra Mundial conmemoran
todos los que lucharon lado a lado contra los alemanes. Los Dominios del
Imperio Británico (incluyendo el Canadá) se unieron inmediatamente sin pensarlo a apoyar la declaración del Reino
Unido, oficialmente declarando la guerra a Alemania. Nuestra participación en
la Primera Guerra Mundial cambió nuestra historia debido a nuestros sacrificios
y contribuciones, haciendo posible una cierta separación de Britannia – aunque
también creo una grieta entre los pueblos ingleses y franceses. Las tropas canadienses
lucharon por primera vez bajo su propia bandera como unidades diferenciándolas
del imperio y nuestros esfuerzos en las batallas de la Cresta de Vimy,
Passchendaele y la Batalla de Somme continúan siendo recordadas sobre todo hoy.
Como
consecuencia de esta terrible guerra, el Canadá sufrió bajas impresionantes,
con 67 000 muertos y 173 000 heridos de un contingente de 620 000 personas
movilizadas. Aunque estos números pueden parecer bajos al compararlos con otras
contribuciones internacionales (a mí aún me parece una proporción importante),
la población del Canadá contaba con aproximadamente 7 879 000 habitantes. En
otras palabras, nuestra contribución a la defensa de la Madre Patria contra los
alemanes representaba 8% de nuestra población. Los canadienses eran
considerados soldados expertos y profesionales y muy temidos por los alemanes
como presagio de un ataque inminente. Además de nuestro papel en el frente
europeo, mucha de nuestra gente también se ocupaba dentro del país preparando
municiones y otros abastecimientos estratégicos.
En la
Segunda Guerra Mundial, el Canadá también contribuyó 1.1 millones de soldados y
fue el primer país de la Mancomunidad de Naciones en mandar tropas al Reino
Unido. Después de dos largas guerras mundiales ensangrentadas, nuestras fuerzas
armadas eran de las más grandes pero nuestro ejercito empezó a disminuir su efectivo, transformándose en una fuerza
internacional policiaca. El Primer Ministro canadiense Lester B. Pearson
encabezó la iniciativa de misiones de Fuerzas de Paz en la recién creada
Organización de las Naciones Unidas buscando evitar otra gran guerra a larga
escala después de 40 años tremendamente brutales. Las Fuerzas de Paz entran en
zonas de conflicto, poniéndose directamente en el fuego cruzado intentando de
promover condiciones de paz. Aún existen muchas condiciones para mejorar el
protocolo operacional de las unidades dentro de este cuerpo militar, pero
existen ya varios casos exitosos como se observaron en Burundi, Cambodia, El
Salvador, Guatemala, Haiti y Suez, sólo para nombrar unos cuantos.
Haciendo homenaje a los caídos en Ottawa, Canadá |
El Día del Recuerdo no es un
momento en el que nos ponemos a discutir la política detrás de los conflictos
que tomaron las vidas de nuestros soldados ni los de otros países. Hoy,
reconocemos los esfuerzos, recordamos la vida, el servicio y la dedicación.
Estos hombres y estas mujeres dejan todo para servir a su país. Agradecemos su
trabajo y gracias a ellos, podemos estar lejos del combate, formar nuestras
opiniones y debatir hasta el fin del mundo. Sus vidas cambian para siempre debido
a lo que se someten, volviendo con una maleta pesada llena de recuerdos
inolvidables que ni podemos imaginar y que hasta puede causar trastornos
mentales por el trauma que afecta a la vez toda la familia. Otros salieron
dejando sus seres queridos en casa y nunca volverán a reunirse con ellos. ¡Jamás los olvidemos!
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