La
ciudad de Nueva York se ganó el apodo de la ciudad que nunca duerme. Rio de
Janeiro es conocida por su gran Carnaval. Kentucky por su pollo frito. Ahora,
Sevilla juega en su propia liga cuando se trata de la Semana Santa. Claro
algunos de mis lectores pensarán que la religión ya no tiene la misma
importancia que antes, pero muchas de nuestras tradiciones se fundan en ese
elemento, sin olvidar la Semana Santa de Sevilla, una de las fiestas más
impresionantes en la península ibérica.
La Semana Santa empieza el
domingo de Ramos (hoy) y termina el día de Pascua. Sevilla nos deleita en esa
semana dando un sabor único y especial a esta gran semana. Durante este tiempo,
tanto los visitantes como los residentes salen a disfrutar de una tradición con
mucha historia, presenciando las procesiones de pasos, gente cargando unas
esculturas inmensamente pesadas que cuentan detalladamente la Pasión de Cristo
junto con otros elementos y personajes importantes en la historia cristiana.
Las procesiones son generalmente
organizadas por hermandades religiosas. Al pasear por las calles del casco
antiguo, los miembros proceden con los pasos portando una vestimenta
penitencial la que en algunos casos, incluyen capuchas casi intimidantes. Para
los que hemos crecido con una televisión transmitiendo cultura hollywoodense,
encontramos un curioso paralelo con el Klu Klux Klan si no fuera por el color.
Muchas de estas procesiones vienen acompañadas de conjuntos musicales de cada
barrio mientras que los residentes les echan pétalos de flores.
La ruta de estas procesiones
sigue un camino trazado desde siglos, empezando a partir de las iglesias y
capillas de cada barrio y terminan en la catedral ubicada en el corazón de la
ciudad. La Catedral de Sevilla es una de las más imponentes de Europa, si no es
que, es la más grande. Los barrios que se encuentran en la periferia también
participan, recorriendo un trayecto cargando sus enormes estatuas que puede
durar hasta 14 horas. Evidentemente, la condición física de estos participantes
es impresionante.
Las procesiones duran una semana
entera, terminando el domingo de pascua por la mañana. Me imagino que en este
caso no existe un conejillo que deja sus heces chocolatadas en forma de huevos
para los niños. La noche más importante es la del jueves, cuando las
procesiones más populares llegan por la madrugada a la Catedral, horas antes
que el sol anuncie el Viernes Santo. Si dispone de tiempo durante su visita,
llegue temprano para escoger un buen lugar para quedarse y aprovechar de horas
de espectáculo e historia.