Antes
de ir a Andalusía por primera vez, debo confesar que no tenía ninguna
expectativa, en cuanto a lo que iba a conocer en esa parte del planeta. La
primera vez que fui a ver a Alejandro en el año 2004, noté que existe una
identidad nacional notoria. Cuando regresé en el año 2007, sentí un gran deseo
de empaparme más en esa rica historia de Andalusía conociendo lo más que pude
en dos semanas. Una vez que está uno ahí, se da uno cuenta que es más fácil
decirlo que llevarlo a cabo.
Córdoba
era una de las primeras ciudades en lista que llevaba yo. Francamente, no sabía
yo nada de su historia antes llegar, por lo tanto esto se añadió en muchas
formas diversas, a veces grandes sorpresas y en otros casos decepciones. Digamos
por ejemplo, no ir preparado para ir a conocer ciudades aledañas en Detroit,
puede resultar una Aventura, pero tal vez no sale uno con vida para poderlo
contar. Córdoba es un nombre que siempre está presente en Latinoamérica en
nombres de calles o ciudades que llevan el mismo nombre después de la
colonización. En la Argentina, Córdoba es la segunda ciudad más grande después
de Buenos Aires.
Al
conducir rumbo al centro por la autopista A-5, tiene uno la impresión de haber
dado una vuelta equivocada en la carretera y fue uno a dar al Medio Oriente o
al África del Norte. El paisaje contribuye definitivamente al hecho de sentirse como si perdió uno la
brújula. La ciudad parece luchar contra una crisis de identidad muy semejante a
la de un chico de una tercer cultura, pasando de ser parte del Imperio Romano,
y terminando con una invasión Mora convirtiéndose en el Califa de Córdoba y
eventualmente cayendo bajo una nueva administración cuando los españoles
reconquistaron la Península Ibérica.
El
edificio que predomina en el horizonte es la catedral gargantúa de Córdoba, la
cual ha conservado su estilo arquitectónico Moro/Árabe. Es increíblemente
sorprendente. El Rey de España se quedó sorprendido del perfeccionismo que
reflejaba en cuanto a sus ocupantes anteriores al erigir y decorar el edificio.
Más tarde decretó que la iglesia católica y los españoles que la ocupaban se
fueran dejando todo tal y como estaba cuando la encontraron – un poco tarde, en
cuanto algunas de las figuras y retratos de algunos Santos que habían sido
incrustados en la pared. Los jardines y
las fuentes hacían realmente volar la imaginación a tiempos aquellos.
Esta
ciudad proporciona aún al visitante novicio y al historiador entusiasta, un
chance para descubrir tres mundos. Las ruinas itálicas y los puentes aparecen
como testimonio de que los romanos alguna se establecieron para fundar esta
ciudad. Construcciones antiguas, la distribución de los edificios y los arcos
nos recuerdan la gloria del Imperio Moro y sus adelantos arquitectónicos. Los españoles
han conservado mucho de la arquitectura, añadiendo toques especiales propios,
inclusive una estatua flotante en el Guadalquivir, para añadir suficiente
confusión al tratar de hacer que España se integre al estereotipo
nacional. ¡Disfruten su visita!
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