Un(a) niño(a) de tercera cultura (TCK / 3CK) o niño(a) trans-cultural es "una persona que, como menor de edad, pasó un período extenso viviendo entre una o mas culturas distintas a las suyas, así incorporando elementos de aquellas a su propia cultura de nacimiento, formando una tercera cultura."

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domingo, 29 de julio de 2012

México, Una Tierra de Sueños


Todos tenemos una cierta manera de formar preconcepciones. Estoy seguro que muchos de nosotros haríamos lo posible para desmentir esa idea, pero no existe escapatoria alguna. Aunque este hecho sea incómodo para todos, es un mal necesario según nuestras propias necesidades para definir nuestra percepción del mundo. En nuestro subconsciente, sin importar que tan profundo esté enterrado, todo lo que nos rodea debe ser identificado para sentirnos bien con nosotros mismos. De allí nace la paz mental. Hemos perdido la costumbre de creer en lo que no es tangible y la mayoría de las personas sienten que toma un esfuerzo sobrehumano admitir lo siguiente: “No lo sé”. Parecer ser que necesitamos alimentar el ego para reprimir las múltiples inseguridades que tenemos. Sobre todo, no queremos que los demás nos denonimen como ignorantes o inútiles. Todo esto se puede también hacer constar al explicar los países más allá de nuestras fronteras. 

Visitando al hermano Trotsky en Coyoacan

Uno de los aspectos negativos del patriotismo se correlaciona con una relación amorosa destructiva y obsesiva. Sin importar las otras personas que puedan existir en el mundo, no hay nadie que sea mejor, ni más atractivo y perfecto que mi país. Sólo existimos nosotros. Tenemos el mejor sistema de salud, aquí nació el albur, somos la gente más inteligente en el planeta, nuestro equipo de fútbol no es bueno, pero somos más guapos, nuestro ejército es mejor que el de ustedes, etc. Esta ardiente pasión es igual de útil que una bicicleta sin asiento. Tenemos una obediencia tatuada en la mente, como un caballo de paso respondiendo a cada latigazo del jinete. Todo esto forma parte de la mentalidad nacional. Nadie sabe hacer las cosas mejor que nosotros. Si logran liberarse de la carroza que jalan galopando por la pampa como un bello potro salvaje descubriendo su libertad, el mundo que conocerán llegará a sorprenderlos. 

La imagen nacional de México está perdiendo su esplendor, debido a los escombros dejados por una guerra sin ganadores, llevando a los asíduos turistas a elegir otros destinos para pasar sus vacaciones. He oído gente decir: “No quiero ir a México porque allá me matan.” Lo peor es que muchos mexicanos expatriados están contribuyendo a manchar la reputación de ese país tan espectacular, compartiendo que se fugaron de Aztlán para salvarse de la violencia causada por los traficantes en el norte. México sigue siendo un país en el que uno puede descubrir cosas maravillosas que sólo existen dentro de sus fronteras. México no ha alcanzado una madurez en cuanto a un destino turístico, al contrario “Siempre la ha tenido”. Los mexicanos son un pueblo orgulloso de su historia y su cultura, manteniendo impecables sus preciosos hoteles de calibre mundial. El servicio que uno recibe en varios lugares sobrepasa fácilmente los de Norte América, Europa y otros países latinoamericanos. Ahí podrá realizar su sueño más placentero, sea relajándose en la Riviera Maya, tomando un coco loco en la costa del Pacífico o bien en cualquier otro precioso centro urbano. 

Durante los dos veranos que dediqué a este país durante mis prácticas, tuve el gran honor de hacerme de amigos mexicanos de diferentes regiones del país. La gente se comporta con una gran sinceridad y aprecian la compañía de personas extranjeras. Cuando dicen, “¡Hay que vernos pronto!” significa exactamente eso y buscan la forma de incluirte en sus actividades. Antes de terminar tu estadía, habrás agregado mucha gente a tu red social profesional. La gente suele ser lo suficiente transparente para saber si a uno le agrada a no, lo cual evita entrar en combates psicológicos. En otras culturas, la gente siempre oculta su opinión real detrás de una sonrisa vacía. Los mexicanos hacen todo lo possible para que sus invitados se sientan en casa y tienen toda la paciencia del mundo para explicar sus costumbres a los que no las conocen. No te dejan ni un instante decir “No lo sé” para evitar que nadie se sienta con vergüenza de ser extranjero y lo tomen por ignorante. 

En mi oficina en Polanco

Al cerrar mi capítulo en México, muchos de mis colegas no querían que me fuera – y claro que tampoco yo me quería ir. No me había dado cuenta hasta ese momento, todo el personal que ayudé y me conocían a lo largo de varios proyectos en los que trabajamos juntos me conocían, desde el embajador hasta el personal de la limpieza. Un agente de la sección comercial con el que trabajé promocionando la Carrera de Terry Fox en la Ciudad de México, intentaba convencerme para que me quedara más tiempo. Obviamente no me era posible pues debía volver al Canadá para continuar mis estudios. Seguramente, hubiera podido conseguir algún puesto permanente allí pero desafortunadamente, en esta época todos debemos obtener un diploma o certificado para poder avanzar en el mundo laboral. Ya hace mucho que se acabaron los días en que no era indispensable terminar la educación secundaria para conseguir empleo. Esta experiencia me ayudó a crecer tanto como persona y como profesional. ¡Viva México!

domingo, 22 de julio de 2012

La Invasión De Los ‘Smartphones’


La tecnología ha sobrepasado el uso de ser un complemento a la vida cotidiana alcanzando el nivel de la necesidad absoluta. Tres de cada cuatro personas en el mundo tienen un teléfono celular con varios aparatos y aplicaciones instaladas. El mundo está cada día más interconectado y los que prefieren aquella época de usos básicos informáticos se están quedando atrás en la oscuridad. La comunicación por vía tecnológica y redes sociales está desempeñando un papel más presente tornando la vida privada a pública, anunciando a partir del mejor día de su vida por Facebook hasta quejarse del jefe y la compañía por Twitter. Mismo las empresas buscan en sus nuevos candidatos para empleos, conocimientos avanzados en los medios sociales. En la actualidad, debe uno medirse más que nunca al estar bajo la mirada de un público inmenso: todo lo que uno dice puede aparecer dentro de sus actividades en el internet.

En el ojo de la tormenta

Recuerdo al volver a Ottawa en 1999, la tecnología era vista como una herramienta de comunicación que muchos no se consideraba única. En ese momento, la euforia se encontraba en los salones de chat y servicios de mensajes instantáneos para mantener contacto con los amigos y familiares en lugares lejanos. Las llamadas de larga distancia eran carísimas debido a la falta de buenos planes telefónicos – recuerdo haber recibido facturas alcanzando niveles exagerádamente altos lo que me obligó a la comunicación por e-mail – en ese entonces la comunicación con el mundo exterior era difícil. Gracias a tantos avances, ahora podemos perder el día entero intercambiando mensajes de voz con nuestra gente favorita desde un polo al otroo del globo terrestre sin problema alguno. A finales de los años 90, notábamos la gran conveniencia de estos mejoras pero no habíamos aún caído en la profunda tentación por la que estamos pasando en la actualidad. Creo que valorábamos más la comunicación interpersonal cara a cara. Ahora, todos en conjunto nos sentimos perdidos al no tener novedades de nuestros seres queridos a cada 15 minutos. 

Esta falta de desarrollo en su época faciltó tremendamente mi transición, no solamente en cuanto al Canadá, si no a mi nueva etapa de empezar una vida independiente a los 18 años. Mis padres vivían en otro país, lo cual no nos permitía comunicarnos con mucha frecuencia, mis amigos estaban en cada extremo del planeta y mi hermano, a una distancia de 800 kms – él era mi aliado más cercano geográficamente. Sin tener esa facilidad de pasar el tiempo hablando por teléfono, Skype, MSN, WhatsApp o cualquier otro tipo de programa que comparta el mismo propósito, tuve que hacer frente a la realidad. Yo sabía perfectamente que había todo un mundo más allá de mi radio operativo, en el cual no podía formar parte y debía aprender por mí mismo como sacarle ventaja a mi situación. Si necesitaba cualquier tipo de ayuda, nadie podría acudir a mi rescate – o por lo menos, esa opción tardaría en concluir. Esta situación era similar a otras de las misiones donde había vivido, con esta experiencia, luché para ganarme mi lugar en mi nueva vida donde sentí que pertenecía. 

Hoy en día, donde sea que uno vaya, siempre encontrará gente dedicando cada instante de su atención a sus teléfonos, ipads, laptops, mp3, etc… Las pantallas son la clave para operar como ser humano moderno. No podemos distanciarnos de productos electrónicos que nos permiten comunicarnos con personas viviendo lejos en vez de los que están frente a nosotros. Es relativamente imposible sentirse solo y abanadonado, estando "desconectado" del mundo. Muchos matrimonios y relaciones culpaban el fracaso de su luna de miel al televisor pero la saturación en el mercado de esos productos está contribuyendo aún más a esa ola de destrucción, creando nuevas dependencias acabando a la vez con el diálogo familiar. En cuanto ese aparato suena en su bolsillo, la atención de uno vuelve para investigar el por qué, quitando toda importancia a todo lo demás. “Tengo que saber si Juan se compró esa nueva televisión.” He notado esto muchas veces en reuniones, encuentros entre amigos y hasta peatones cruzando la calle –  casi siendo atropellados por estar totalemente perdidos en su adicción – y hasta con la gente más cercana cuando estamos en plena conversación. Siempre hay que cerciorarse de cerrar la puerta con llave al salir de casa (hay que usar siempre el sentido común). 

Hagamos del tiempo cara a cara una luna de miel eterna.

Seguramente es más facil para las personas que tienen familia en el extranjero caer en ese comportamiento destructivo – yo lo sé porque también estoy en esa situación . Aunque es muy grato mantener una buena relación con la familia, puede llegar a ser en detrimento a su propio bienestar estar desconectado a su vida diaria en lo que ahora se llama “hogar”. Mucha de esta gente que conozco se sabe cada detalle de la madre patria – un lugar donde quizás nunca volverán a vivir – en vez de lo que acontece en su país, ciudad y comunidad en él o la que decidieron venir a radicar. Además, alimentar ese aspecto personal contribuye a sentirse alienado, deprimido y extrañar. Siempre suelen estar convencidos que allá es mejor, pero si tan cierto lo fuera, ¿por qué decidieron dejar atrás ese paraiso para vivir en otro sitio? Les recomiendo a todos de desconectarse a menudo para gozar del mundo natural que los rodea junto con sus familias y amigos, hablando sin intermediarios e invertir en su salud mental regularmente. La tecnología es una herramienta y no máquinas de vida artificial que nos mantienen vivos.

domingo, 15 de julio de 2012

El Final de la Revolución Mexicana


Mi práctica en la Embajada del Canadá en México me aportó excelentes experiencias de aprendizaje consolidando una base sustancial para lanzar una carrera professional prometedora. Trabajé en la sección de asuntos congresionales en el año 2000, donde conocí prominentes políticos mexicanos, oficiales de gobierno, dignitarios extranjeros y otros personajes importantes del cuerpo diplomático. Yo desempeñé un papel clave en organizar eventos patrocinados por la embajada tales como conferencias académicas, visitas de mandatarios y la marathon de Terry Fox, un homenaje muy especial a un gran canadiense. Fue realmente un gran honor para mí trabajar con funcionarios competentes del gobierno así como el personal local. Yo ya contaba con buenos conocimientos académicos con respecto a temas entre México y el Canadá pero jamás pensé hacer parte – aunque esta fuera pequeña – de la historia política mexicana.

Llegando a monitorear Tixtla, Guerrero

En junio, tuve la oportunidad de ofrecerme en forma voluntaria, como observador internacional electoral, para las elecciones presidenciales mexicanas. El mandato del presidente Ernesto Zedillo llegaba a su culminación, marcando 70 años sin interrupción de gobierno en manos del PRI [Partido Revolucionario Institucional] – prácticamente desde el ultimo disparo marcando el final de la revolución mexicana. Trás del telón de ese legado, existía un historial manchado en compra de votos (ofreciendo regalos generosos a cambio de la promesa de un voto a favor) fraude electoral, presuntos asesinatos, intimidación y varias actividades delinquente, normalmente asociadas al crimen organizado. Quiero hacer aquí un paréntesis y recomendarles una película mexicana, llamada La Ley de Herodes, la cual les brindará alguna idea general del proceso político que les menciono. El pueblo estaba hambirento de un cambio sustancial, después de cada elección en la que volvía el mismo partido, pero su existencia era secundaria mientras que el capital continuaba su trayectoria tradicional hacia los bolsillos de una elite minúscula.

Yo elejí cubrir zonas remotas en el estado de Guerrero, ubicado en la costa del Pacífico, una parte reconocida por Acapulco, destino turístico de calibre mundial. Aunque aproveché refrescar mis piés en el agua salada, el mayor tiempo factorable fue dedicado a visitar Chilpancingo, la capital estatal, y varios pueblos en el interior. Este rudo terreno tenía la notoria reputación de alto fraude electoral del PRI al igual que incursiones armadas esporádicas por el EPR – no solamente armados de un mal olor, pero con el tradicional arsenal pedido por el catálogo revolucionario del mismo señor Kalashnikov. La gente en esta parte del mundo tenía mucho en común con el campesino latinoamericano quienes son dueños de un montón de nada. Son personas sencillas, común y corriente, fáciles de convencer pues su forma de vida está continuamente enfocada a sobrevivir día con día. Su nivel de educación es bastante limitado y tradicionalmente votaron por el PRI simplemente porque el partido y la bandera nacional comparten los mismos colores. Para ellos, el votar es una cosa patriótica.

Lo más curioso en esta aventura monitorizando el proceso democrático sucedió en el pequeño pueblo de Chilapa de Alvarez – es poco usual encontrar una ciudad con nombre y apellido. Llegué al zocalo donde se encontraban unas mesas de comedor de algún buen samaritano con dos cajas blancas tatuadas con el emblema del IFE – el ente imparcial gobernando el proceso electoral – y detrás de éstas, unas señoras indígenas algo aburridas. Claro que las condiciones climáticas dentro de un ambiente casi selvático suelen tener ese efecto sobre cualquier persona. Un aire de paz predominabada, con poca gente a los alrededores, quizás debido a la ley seca – se prohibe la venta y consumo de alcohol durante las elecciones – de repente y sin motivo alguno paró un bus con manchas entre óxido, turquesa y amarillo. Al abrir su puerta, derramó una docena de hombres vestidos como vaqueros, llevando lentes oscuros, quienes se pasearon por la plaza principal bailando, paseando por la mesa del escrutinio hasta que retornaron al bus hacia algún destino desconocido. Lo único que se les olvidó llevarse fue un fuerte estela de sudor que ahora impregnaba el aire. Ni una sola persona en el pueblo pareció darse cuenta del acontecimiento ni parecía importarles los que sí se habían percatado.

En Chilpancingo, observando el proceso electoral

Por lo general, el panorama electoral demostró que el proceso fue limpio. El presidente Zedillo parecía convencido de la necesidad de terminar con la época de la trampa. Hubieron algunas instancias, en las que las urnas se ubicaban en edificios adornados de propaganda política, o  bien la gente trabajando en el control se veía nerviosa al ver llegar a mi equipo con credenciales de la IFE y otras acreditaciones. No sólo eramos como moscas en la sopa, pero quizás pensaron que veníamos a amargar algún trato secreto entre ellos y algún partido. Claro que en nuestro rol como observadores, debemos mantener distancia para únicamente observar el proceso sin intervenir. Los medios – sobretodo TV Azteca – asumieron el papel de siempre en sensacionalizar eventos, tales como enervar al público ante su cámara, alentándolos para cantar “¡Aquí hay fraude!” Cuando se calcularon los votos indicando una ventaja al candidato del PAN, Vicente Fox, Zedillo se presentó ante el público para felicitarlo por su triunfo, algo nunca visto antes en la historia de México. Fue emocionante presenciar el inicio hacia la democratización de un país maravilloso.

domingo, 8 de julio de 2012

El Estadio Azteca – En Las Entrañas Del Gigante


El fútbol es sin duda el juego del pueblo. A donde sea que uno viaje en el mundo, siempre encontrará una cancha con gente pateando algún objeto de un lado a otro, buscando imitar cada toque como uno de los grandes héroes nacionales. Todos creen firmemente tener el potencial para ser el próximo Pelé, Diego Maradona, George Best o Zinedine Zidane cuando pisan el terreno de juego. México también ha contribuído a mejorar y hacer resonar este maravilloso deporte a nivel internacional a través de muchas figuras, como Hugo Sánchez, Cuauhtémoc Blanco, Luis Hernández y muchos más. Durante el tiempo que  pasé en la Ciudad de México, tuve el grato honor de presenciar algo de la magia Azteca ante un equipo canadiense de calibre muy novato.



El partido al que me refiero fue jugado en el Estadio Azteca haciendo parte de la eliminatoria para el Mundial 2002, cuyos anfitriones eran Japón y Corea del Sur. Este monstruo de concreto verdaderamente intimidante fue inaugurado en 1966 y jugó un papel importante durante las Olimpiadas del 68, debido a su alta capacidad apta para 104.000 espectadores, sirve ahora como la cancha para la selección Mexicana. Siendo jugador en el equipo contrario, uno debe rezar a los dioses del futbol que se abra la cancha y nos traguen al centro de la tierra. No existe ni una sola manera de conquistar el corazón de un océano de camisetas verdes dotando a tí y a tu familia entera de insultos. Compartirás el mismo sentimiento entrando al estadio siendo parte de la afición del equipo visitante, como si fuera la penosa caminata solitaria hacia la silla eléctrica de un condenado a muerte en primera fila.

Por suerte, pensé en aquel momento, iba para apoyar la selección canadiense, la cual no tenía ni la más remota probabilidad de ganarle a los mexicanos. Desafortunadamente, el Canadá hace muy poco esfuerzo para desarrollar y apoyar grandes jugadores debido a su adicción, conocida como el hockey. Los que tienen doble nacionalidad suelen preferir el pasaporte con más peso futbolístico para llegar más lejos en sus carreras. Mis compañeros de la hinchada y yo nos imaginábamos que los mexicanos conocían todo este escenario y que la victoria era pan comido lo cual nos presentaría un ambiente más relajado que si se tratara digamos de los EE.UU. o de la Argentina. Canadá no ha dejado ni siquiera una huella minúscula en este mundo del balonpié. La verdad es que nosotros, un grupo de 60 canadienses, nos habíamos terriblemente equivocado en nuestras suposiciones con respecto al anfitrión y la lucha se dió más en el palco.

El equipo canadiense al poner el primer pié en la cancha, ante un público apasionado, se vió recibido por un abucheo deslumbrante repleto de groserías y obscenidades. Normalmente, cuando se tocan los himnos nacionales, se observa un momento de silencio por respeto a los países que se enfrentan, pero ni con las palabras que salían de mi boca, podia  dejar de escuchar la tormenta profana. Bueno, ¡por lo menos salimos en la televisión! Al progresar el partido en la cancha, parecía que ninguno de los dos equipos lograba desempatar al alcanzar el medio tiempo. Junto con el paso de cada minuto, empezaba a llover todo tipo de objetos – juro haber visto un zapato pasar por enfrente de mí – entre estos, piedras y vasos de plástico en los que remplazaron la cerveza por orina. Nuestro grupo de alentadores empezó a rezar por un gol mexicano para que pudiéramos salir vivos de allí.



Si en algún momento de su vida anticipa encontrarse en una situación similar, le recomiendo comprarse una camiseta de la selección mexicana. Esto le podría garantizar una salida mucho más entretenida que la nuestra. Otra clave importante para llevarse de esta anécdota es de no ponerse en contra de su anfitrión. No se meta nunca a la cocina si teme quemarse. Los mexicanos son muy amables y muy buenos anfitriones, pero su amor por el fútbol los ciega entonces no juege contra ellos. No les gustará conocer la otra cara de este pueblo. Fue muy grato para mí la falta de talento de mi selección porque perdimos – el partido terminó 2 – 0 a favor de México quién clasificó para el Mundial. 

domingo, 1 de julio de 2012

¡Feliz 145º Cumpleaños Canadá!


Nuestro blog de hoy es patrocinado por Percocet, la marca farmacéutica que garantiza momentos inolvidables de nausea y cansancio camino hacia la recuperación. Algunos de ustedes sabrán que el domingo pasado, mi carrera amateur de softball fue frenada por una lesión a mi tendón de Aquiles al correr las bases – cuando menos no perdió mi equipo de super estrellas. Desafortunadamente, este esguince acabó de manera prematura con mis actividades deportivas al aire libre por el resto del verano, restringiendo mi mobilidad durante la espera de la operación. Después de este proceso quirúrgico, estaré estrenando un nuevo yeso durante 4 ó 6 semanas, en las cuales cualquiera puede firmarlo pagando solo un pequeño impuesto de $5.00 CAD. Mi asistente estará programando las visitas a partir del martes, viendo que el feriado nos brindará el lunes como día de descanso. Pasen la voz a sus amigos.

Feliz dia del Canadá

Aunque estoy seguro que les encantaría a todos oir mucho más referente a esta lesión, prefiero cambiar el foco de su atención hacia un maravilloso país que hoy cumple 145 años – realmente un pibe en el concierto de países. Sí, seguramente ya adivinaron. Es el Día del Canadá. En este día todos nos sentimos un poco más canadienses que de costumbre y ese guión seguido por una segunda nacional que ayuda a auto clasificarnos pierde toda su importancia en definir nuestra identidad personal o nuestro país de origen. Hoy, todos somos canadienses. Las banderas serpentean por todas las calles de nuestras ciudades como si hubiésemos ganado el mundial de hockey. Casi todos ponen de lado sus preocupaciones para unirse al festejo. Algunos se reconcilian en este día con un país que se les había olvidado que existía, dándose realmente cuenta de la suerte que tenemos de vivir en este lugar en vez de cualquier otro en el globo terrestre. Éste es uno de los grandes motivos por el cual vinieron nuestros ancestros a empezar una nueva vida acá.

Como suele ser cada año, la fiesta realmente es en Ottawa, nuestra gran capital. Otras ciudades tienen sus propias celebraciones pero de verdad no alcanzan el mismo calibre. Para entender de que se trata todo esto, se debe de ir a Ottawa. Unase al tsunami de compatriotas paseando por calles pintadas de rojo y blanco. Canten el himno nacional en los buses de la ciudad en el que se desplaza uno este día totalmente gratis. Si nunca ha pasado el 1º de Julio allá, se está perdiendo todo el espectáculo de su vida. Siempre me encantó de niño – aún más como adulto – participar en las actividades más turísticas y tradicionales como ir a la colina del parlamento y ver el cambio de guardia, cantando el himno nacional biligüe. No hay nada más emocionante para un verdadero patriota. Siempre se me pone la piel de gallina. Casi todo parece ser gratis en ese dia por la ciudad. Verán conciertos, programas culturales y museos llenos de gente. Si corre con algo de suerte, podrá ver algún buen grupo canadiense cantando en la colina del parlamento por la noche justo antes de los fuegos artificiales – recuerdo haber visto a David Usher en una ocasión.

Después de una vida emocionante por América del Sur en mi época de joven tremendamente apuesto – desde golpes de estado a terrorismo urbano – puedo realmente decir que me encanta la calma en mi país. No creo que existen muchos lugares en el mundo más seguros que éste. Es muy raro oir de vez en cuando alguna alarma de coche, balazo, secuestro, explosiones o militares recorriendo por las calles. Lo que nos hace a los canadienses salir de nuestro país es más que nada ir de vacaciones a alguna playa en el Caribe o conocer la elegancia que ofrece Europa, pero nos encantan nuestras temporadas con actividades al aire libre. Tenemos el mejor parque de diversiones natural de todo el mundo en el que podemos eskiar en las Rocallosas, patinar sobre el Canal rideau, andar en bicicleta de Toronto a Niagara, hacer campamento en prácticamente cualquier lugar... bueno, se entiende la infinidad de opciones. Se darán cuenta rápidamente que somos gente amable, que vivimos tranquilamente con nuestras puertas abiertas a todos los que nos quieran visitar, intentando lo mejor posible para demostrarles como definimos la hospitalidad.

La bella Ottawa recibiendo sus invitados

Este Día del Canadá, debemos agradecer a todos los que dieron sus vidas por ese país y hagamos honor a sus sacrificios, tomando la rienda que soltaron al despedirse. Nuestros ancestros hicieron un gran trabajo poniéndonos en el mapa – desde mi gran amigo John Naismith a Sir Isaac Brock – dejándonos sus legados como evidencia que juntos podemos cambiar el mundo. Debemos seguir alimentando las mentes jóvenes de quienes serán nuestros líderes del mañana, enseñándoles nuestra rica historia, nuestras culturas únicas y el patrimonio de tradiciones para continuar a hacer grandes obras para todo el planeta. Representemos nuestro Maple Leaf – no la franquicia de hockey en Toronto que nos ha hecho sentirnos avergonzados durante años – al más alto nivel en casa y afuera. ¡Feliz día del Canadá a todos y festejen con prudencia!