Un(a) niño(a) de tercera cultura (TCK / 3CK) o niño(a) trans-cultural es "una persona que, como menor de edad, pasó un período extenso viviendo entre una o mas culturas distintas a las suyas, así incorporando elementos de aquellas a su propia cultura de nacimiento, formando una tercera cultura."

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domingo, 24 de febrero de 2013

La Religión y Los Niños


Nuestras obligaciones como cristianos empiezan desde una muy temprana edad. Poco después del nacimiento, los padres entran en un momento eufórico y responden a éste presentando ante la sociedad el nuevo miembro de la familia para el bautizo. Es tan sólo cuestión de meses para festejar ese debut, con unas gotas de agua cómo testimonio de una promesa de seguir a Cristo en cada paso de la vida. Por supuesto que todos nos acordamos de este primer gran paso como si fuese ayer. Los que no recuerdan ese día, me dan pena.

O Cristo Redentor, el monumento católico más imponente del nuevo mundo

Cuando era chico, mi madre cumplió al pié de letra con su labor de buena madre católica. Cada domingo sin importar la circunstancia, ella llevaba a sus dos hijos a la misa dominical, asegurando que absorbiéramos los valores que nos prepararían para los sacramentos de la comunión y la confirmación. Claro que esto era uno de los elementos más importantes en la región latinoamericana donde los católicos forman una mayoría dominante sobre cualquier otra religión. Los protestantes y los ortodoxos son vistos casi como un culto o una secta. Mi madre nos preguntaba que fue lo que más nos gusto para saber si estábamos prestando atención, pero muchas veces Brian y yo no sabíamos que responder.

Debo confesar que cuando era niño, era difícil ir a la iglesia. Los fines de semana coincidían con una pausa de mis obligaciones escolares, un tiempo perfecto para ver dibujos animados y jugar con mis G.I. Joe. Los niños suelen tener dificultades en prestar atención sobre todo cuando se trata de un contexto de lecturas y mensajes que tienen significados más profundos. Además, los asientos no son muy cómodos sin importar la edad del posterior. Como consecuencia de este ambiente, Brian y yo estuvimos en algunos problemas por escaparnos un par de veces durante la comunión para jugar futbol con los chicos del barrio. Si no podíamos participar en el cuerpo de cristo, parecía una opción factible.

Mi padre prácticamente nunca venía con nosotros esos días y yo me preguntaba por qué. Me imaginaba mi padre sentado cómodamente comiendo pizza y viendo dibujos animados mientras que nosotros tres estábamos rezando. Después de mucha investigación, me di cuenta que siendo miembro de la Iglesia Unida del Canadá, no existían parroquias donde el podía asister los domingos fuera de nuestro país. Sabía en ese momento que debía formular la mejor escusa para poder quedarme a acompañar mi padre y lo más seguro que él me apoyaría. Seguramente le faltaba un cómplice para los dibujos animados y seamos sinceros, ¿quién hubiera sabido más sobre este tema que un niño de siete años?

La Parroquia Santo Toribio, Las Condes, Chile

Después de un tiempo, logré tramar el mejor plan para reconquistar mi domingo. Cuando era hora de salir a misa, mis padres fueron a buscarme porque me estaba tardando en prepararme para salir. Les anuncié orgullosamente que ya no iba a ir a misa con ellos porque era musulmán. No estuve preparado para una gran respuesta de parte de mis adversarios, cuando me compartieron: “Bueno, los musulmanes también van a la iglesia. Le llaman una mezquita.” Lo único que se me ocurrió fue: “Aquí en Chile, no.” Evidentemente, fue una batalla que perdí y seguí asistiendo regularmente a misa.

domingo, 17 de febrero de 2013

Un Mensaje Sobre La Tolerancia


Muchas generaciones de niños crecen bajo nuestra bandera, enfatizando la importancia de la tolerancia en nuestra sociedad justa. Este desarrollo comparte un fuerte paralelo con el mío, en cuanto a entender otras culturas, religiones y diferencias nacionales. El expatriado puede enfrentar una realidad muy cruel si desiste adaptarse a la manera de hacer las cosas en el nuevo país donde decide instalarse. La diferencia, cuando la vemos bajo una mentalidad abierta, fomenta nuestra sociedad.



Los grandes centros urbanos canadienses han evolucionado siguiendo este lema, acogiendo nuevos miembros en este país y nuestros servicios públicos en ciudades como Montreal, Ottawa, Toronto y Vancouver pueden apoyar a sus poblaciones en casi 150 idiomas. Como las fuerzas especiales, nunca abandonamos nuestros compañeros – por lo menos, esa es la teoría. El Canadá dejó de ser un “tesoro inalcanzable” o “el mejor de los secretos” en cuanto a ser un lugar perfecto para vivir en paz y empezar una familia. La gente ya se está dando cuenta de eso. Celebramos la diferencia con festivales culturales, programas sociales, libertad de religión y muchos otros aspectos que son imposibles en países homogeneos.

Los que ya tienen raíces establecidas en esta tundra a lo largo de generaciones, han aprendido y|o aceptado la “corrección política” – es una tema poco tangible en muchos países – y definen la tolerancia en cada paso de sus vidas. Claro que este cambio no se dio de la noche a la mañana. Los detractores de la filosofía del mosaico canadiense que se puede trazar desde la era de Trudeau – estos son los frutos de su labor – no suelen expresar su resistencia a esta ola públicamente e internalizan gran parte de sus preocupaciones en contra del multiculturalismo. Los crímenes de odio, el racismo, el antisemitismo y cualquier otra forma abierta de faltar el respeto… bueno, simplemente no es comportamiento canadiense.

Aunque todo esto pinta un panorama ideal, como en muchos países desarrollados, los canadienses no sienten esa manera de reservarse cuando se trata de los católicos y sus creencias. Claro que nuestras acciones en la bolsa de valores han dado un buen espectáculo de caída libre como el anuncio de Red Bull. Como católico, estoy de acuerdo que nuestra iglesia ha pasado por dificultades en su estructura, la falta de evolución en la doctrina, controversias y un sinnúmero de acusaciones resaltando en el telediario. Por otro lado, es un reto para cualquier persona que esté leyendo esto, el compartir algo creado por un ser humano nunca está libre de imperfecciones. Me encantaría saber. Ni siquiera el gran Steve Jobs logró salvarse de cometer algún error dentro de su exitosa y larga carrera . 



Una vez que decidimos abrir este dialogo en este país, se nota inmediatamente que las creencias religiosas suelen recibir distintos privilegios. Cuando decidimos ir más allá de la iglesia católica pasando a otras religiones, todo cambia de mal en peor. Cuando se critican otras religiones, el que acusa es visto como un racista o antisemítico. Si queremos promover una sociedad justa, debemos presentar los mismos privilegios y ejercer tolerancia hacia todos los grupos sin importar lo que consideramos errores. La diferencia en la que alimentamos nuestra fé también nos fortalece.

domingo, 10 de febrero de 2013

Recuerden, El Respeto Es Todo


Al aproximarse el día de San Valentín, alguna gente se pone a re-evaluar sus relaciones románticas junto a su pareja o sueña de un príncipe encantado o la mujer perfecta. John Lennon nos sereneaba con sus palabras de que lo único que necesitamos es el amor, pero ¿es eso realmente todo? Y si lo es así, ¿será como nos decía Axl Rose que nada dura para siempre ni siquiera la lluvia fría de noviembre? Quizás sea un tema psicológicamente pesado para un domingo por la tarde.



Cuando mi hermano y yo éramos chicos en Latinoamérica durante los años 80 y 90, tanto como en casa como en colegio, siempre nos decían – como a todos los chicos y chicas de nuestra edad - que el respeto era sumamente importante. El respeto hacia sus mayores, el respeto hacia la mujer, el respeto a uno mismo, etc. Cuando un niño se peleaba con una niña en el recreo, siempre se escuchaba resonar: “A una mujer no se le pega ni con el pétalo de una rosa.” Por algún motivo, este dicho junto con su connotación me quedo sellado para siempre en la mente.

Todo esto que aprendí durante la niñez  ha  hecho que sea fácil para mí llevarme bien con relativamente cualquier persona en cualquier situación o circunstancia, armado de puro respeto. La conversaciones suelen ser muy naturales. Se trata de tratar a los demás como uno quiere ser tratado. Sí, lo sé, parece simple pero no es adoptado unánimemente. Siempre he sido una persona directa sin necesidad de andar con rodeos con la gente o voluntariamente querer hacer daño a otra persona, sobretodo una persona especial para mi. Todo esto forma parte de mi código genético, el cual lo he integrado en mi vida profesional y personal. Me encanta la gente y siempre busco ver el lado positivo de todos.

Los romanticones de la San Valentín deciden tomar ese brinco hacia una relación más profunda, buscando comprometerse al matrimonio o vivir una vida juntos en una unión legal. La euforia que envuelve todo en una manta amorosa llena a toda pareja de emoción pensando que todo es posible. En ningún momento se consideran ellos mismos o su relación única y perfecta como parte de una estadística destinada a fracasar. A pesar de todo esto, la euforia se torna en rutina con el paso del tiempo, encontrándonos ahora en una realidad en la que muchos matrimonios entran en crisis, sobre todo por olvidar (o tal vez nunca hubo) el respeto que supuestamente es algo innato en todos nosotros.



El día de San Valentín puede ser más que una fecha comercial en el calendario en la que se obsequian chocolates, rosas y se cierra con broche de oro con una cena romántica. Es el tiempo perfecto para renovar los votos, compromisos y hasta eliminar quirúrgicamente el ego malévolo que devasta el respeto. Cuando existe el respeto al prójimo – sea marido, mujer, amigos, colegas, jefes, etc – estamos alimentando una planta que simboliza una relación provechosa a largo plazo. No se puede cosechar el amor sin sembrar el respeto y el respeto es invisible si no hay amor.

¡Feliz día de la San Valentín a todos!

domingo, 3 de febrero de 2013

La Isla del Doctor Coudres


La región de Charlevoix tiene paisajes espectaculares entre las lomas – con vistas preciosas a las vías marítimas como el rio Saint Laurent – fjords, cabos y bahías que enamorarían a cualquier turista veterano. Sea que pasen un tiempo en reservas nacionales tales como Cap Tourmente, visitando importantes centros artísticos y culturales como Baie-Saint-Paul o festivales de música en Le Domaine Forget, se darán cuenta de la magia de este lugar y nunca querrán escapar. Tan sólo recordar todo esto me dan ganas de subirme al coche y salir a dar un largo paseo.

Con mi querido Jacques

Un lugar que me fascinó fue la Île-aux-Coudres, una pequeña isla visitada por el mismísimo Jacques Cartier mientras se aventuraba por el San Lorenzo en el siglo XVI. Él nombró esta isla retirada de la civilización, derivándola de la palabra coudriers del francés antiguo, significando árbol de avellanas. Me imagino que hacían un Nutella casero fenomenal en aquella época. La única manera de llegar a la isla para visitarla es abordando un transbordador que sale de Saint-Bernard-sur-Mer llegando a Saint-Joseph-de-la-Rive. Lleven consigo su bicicleta ya que es un destino ideal para hacer ecoturismo.

Esta comunidad antiguamente aislada del mundo vivía de la pesca de focénidos y de la construcción de barcos. Domar los mareas era sumamente importante en aquellos tiempos viendo que los viajes por aerolíneas comerciales era muy desagradable debido a un pésimo servicio – a veces, hasta un chiste malo es necesario para alivianar el ambiente. Claro que hoy en día no hay mucha gente que va a trabajar en barco, pero que bueno sería. Ahora, el turismo es la industria más importante y como les he contando, en Quebec saben muy bien atender sus visitas. Hay muchos centros históricos para conocer como viejos molinos y granjas, hoteles en el campo para pasar un fin de semana romántico y muchos artesanos vendiendo sus productos para llevarse un recuerdo.

La Île-aux-Coudres también es un lugar conocido por sus productos derivados de la manzana, algo que no sabía de antemano. Para los que son conocedores de esta fruta y pueden diferenciar la manzana Fuji de la Gala, me quito el sombrero. Yo realmente soy un aficionado de la Granny Smith. El verdadero néctar de los dioses en mi opinión es la cidra de manzana. No hay nada como una tasa de cidra caliente en una tarde helada de invierno. Lo que si les aconsejo es que antes de abrir y tomarse un vaso, asegúrense que el envase sea cidra y no vinagre – he pasado por esta desgracia y sobreviví para arrepentirme. Siempre lean las etiquetas gente querida. Recuerden, podría ser vinagre.

Mis padres posando delante de un viejo molino

Ahora, ¿qué puedo recomendarles? En primer lugar, tomen su tiempo para recorrer la isla para ver los escaparates antes de comprar. Uno puede pasarse casi todo el día paseando, probando y deleitándose de buena comida. En cuanto a la cidra, hay una cidrerie que les recomiendo es la de Verder Pedneault ubicada en 3384 Chemin des Coudriers. En cuanto al servicio, consejos y secretos culinarios que comparten, les doy dos pulgares para arriba y agreguemos un dedo del pié.